El pasado miércoles 12 de noviembre, la Dirección trasladó al Comité de Empresa la comunicación fehaciente con la que dio comienzo la negociación para la aplicación de un nuevo ERTE, en esta ocasión desde el 21 al 31 de diciembre.

 En la primera reunión del periodo de consultas celebrada en el día de hoy, la Empresa nos ha entregado la documentación con la que pretende justificar una decisión que, a su entender, viene provocada por una sobrecapacidad productiva (producimos más de lo que el mercado demanda).

Además, nos han comunicado que la próxima reunión, será el  27 de noviembre.

SITB analizará la documentación en profundidad, dando respuesta en la próxima reunión, pero de entrada nos vuelven a surgir las mismas dudas de todos los años:

  • Si nos van a mandar a nuestras casas en unas semanas, ¿Cómo se entiende que estemos realizando horas extras, a razón de miles, hasta hace unos días?
  • Si desde hace varios años no realizamos la jornada del calendario, ¿por qué es necesario firmar la máxima que permite nuestro convenio?
  • Si un año más nos mandan a casa por ERTE, ¿por qué se nos han denegado cientos de días adicionales por causas productivas?
  • Si el acuerdo de calendario para este año, firmado por UGT, BUB y CCOO, decía que, en caso de confirmarse la necesidad de cerrar, los días señalados en verano y San Pedro, estarían incluidos en el cierre, ¿por qué hemos parado 14 días en enero y febrero, ahora solicitan otros 8 más y aquellos días los trabajamos?
  • Si la justificación es una sobrecapacidad productiva a nivel europeo, ¿por qué de nuevo la planta más afectada de largo vuelve a ser la de Burgos?

Lo que para SITB resulta evidente, es que la Empresa está utilizando desde hace años los ERTE para rentabilizar al máximo el negocio a costa de los trabajadores y de las arcas públicas. Produce a máximos en verano, justo cuando los ciclos de trabajo son más gravosos para la plantilla y deja de hacerlo en invierno para no tener que pagar una parte de nuestros salarios.